Bajo Ocupación

El Sáhara Occidental es un territorio que se encuentra bajo la ocupación del reino de Marruecos. Desde la invasión, en 1975, a través de la Marcha Verde/Negra, el gobierno marroquí ha impuesto un sistema de ocupación militar y de presión que tiene por objetivo la anexión territorial, el acaparamiento y el expolio de los recursos naturales del pueblo saharaui vulnerando, así, el Derecho Internacional.

El reino de Marruecos controla el 80% del territorio del Sahara Occidental gracias a un muro de 2700 km, minado y militarizado, que divide el territorio en dos e impide que miles de saharauis puedan volver a su tierra, y controla, a su vez, a la población saharaui que vive en los territorios ocupados.

El aparato militar marroquí instaurado en el territorio vigila y protege el expolio de los recursos naturales, por lo que su presencia es muy visible en las principales ciudades del Sáhara Occidental (zonas costeras, centros turísticos y carreteras), donde la represión, la vulneración de derechos humanos y la discriminación del pueblo indígena saharaui es constante. Además, los territorios ocupados del Sahara Occidental se han convertido en un espacio aislado del cual, casi, no se puede entrar o salir. Numerosas expediciones de periodistas, grupos políticos, abogadas/os o activistas han sido expulsados por las autoridades marroquíes cuando pretendían acceder al territorio; algunos, bajo serias amenazas y agresiones. Los medios de comunicación internacionales tienen prohibida la entrada y actividad en los territorios ocupados, lo que agudiza el aislamiento, la censura y el silencio mediático sobre la grave situación de vulneración de derechos humanos que existen.

Los saharauis son, hoy en día, una minoría en su propia tierra, superada por los colonos marroquíes que, o bien se han instalado ahí de forma permanente o lo habitan durante amplios periodos como trabajadores estacionales. Los colonos que se establecen en el Sáhara Occidental lo hacen, principalmente, por razones económicas, ya que la vida allí es más barata que en Marruecos. También, se ven atraídos por las oportunidades laborales generadas por las industrias surgidas al calor de la explotación marroquí de los recursos saharauis; situación que se está volviendo ahora más atractiva por los actuales proyectos de energías renovables.

Desde hace décadas, la vulneración sistemática de derechos humanos y la represión son constantes en el Sahara Occidental. La defensa de la causa y la expresión de la identidad saharaui en los territorios ocupados está prohibida y es fuertemente reprimida por parte de las fuerzas de ocupación, llegando a existir normas que dictan qué nombres son o no aceptables, restricciones de acceso a la vivienda, sobre la vestimenta tradicional o el idioma (los saharauis hablan hassanía y los marroquíes dariya). Los derechos civiles y políticos de reunión, expresión, manifestación y circulación del pueblo saharaui son, sistemáticamente, vulnerados. Además, el uso de las nuevas tecnologías por parte de la población se ha traducido en abusos de los derechos digitales que vulneran el derecho a la privacidad de las saharauis, especialmente de las personas defensoras de derechos humanos, que son espiadas y controladas en los espacios de comunicación virtual.

El Sáhara Occidental es un territorio rico en abundantes recursos naturales como la arena, el pescado, los fosfatos o las energías renovables; además de tener un sector agrícola pujante, y posibles yacimientos de petróleo. Los derechos económicos, sociales y culturales del pueblo saharaui son vulnerados a través de las actividades de expolio y acaparamiento sistemático de sus recursos naturales, que afectan directamente a su derecho de desarrollo e implica falta de acceso a oportunidades laborales, vivienda y servicios básicos como la salud y la educación.