Una "histórica" Reunión de Alto Nivel algo deslucida

Después de ocho años, la Reunión de Alto Nivel entre Marruecos y España se ha celebrado bajo muchas expectativas pero con cuestionados resultados.

POLITICA

Itziar Canales

2/9/202310 min read

Reunión de Alto Nivel España - Marruecos

  Pese a que el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre Marruecos y España, que entró en vigor en febrero de 1993, marca que la Reunión de Alto Nivel entre los jefes de Gobierno de Marruecos y España con la que ampliar relaciones en los ámbitos político y económico se habría de celebrar con una periodicidad anual, lo cierto es que, en 30 años de vigor del acuerdo, la RAN sólo ha tenido lugar en doce ocasiones. La última, en Madrid, en el año 2015, con Mariano Rajoy y Abdelillah Benkiran como jefes de Gobierno.

   En estos ocho años, las relaciones entre Marruecos y España han sufrido grandes altibajos; hasta que Pedro Sánchez aceptó, en una carta que la Casa Real marroquí hizo pública en marzo de 2022, las tesis marroquíes para el Sahara Occidental. Aunque las relaciones entre ambos países se encuentren en un buen momento, lo cierto es que el viaje del Gobierno español a Marruecos se produce en un ambiente de tensión que la parte socialista parece no querer airear.

CASO PEGASUS

En mayo del año 2021, los teléfonos del presidente y de varios ministros españoles fueron infectados con el malware Pegasus, de fabricación israelí. Pese a que no ha sido confirmado, las fechas y los ministerios afectados están muy relacionados con la acogida de Brahim Gali, líder del Frente Polisario, en un hospital español y con la entrada, facilitada por las autoridades marroquíes, de más de 8000 personas en la ciudad de Ceuta.

Con este malware, también fue espiado el periodista Ignacio Cembrero, quien se encuentra inmerso en un proceso judicial, denunciado por Marruecos, por haber señalado a éste país como culpable después de que el grupo Forbidden Stories le avisara de que aparecía en un listado como víctima de espionaje por medio de Pegasus.

OCUPACIÓN DEL SAHARA OCCIDENTAL

Cuatro meses después de que el Frente Polisario diera por roto el alto el fuego, tras la violación del Plan de Arreglo por parte de Marruecos al atacar a un grupo de civiles saharauis que bloqueaban la carretera que cruzaba la brecha ilegal del Gergerat, la Casa Real marroquí hizo pública una carta, firmada por Pedro Sánchez, en la que reconocía el Plan de Autonomía marroquí para el Sahara Occidental como “la base más seria, realista y creíble para resolver el contencioso”.

De esta manera, el presidente español reconocía, de manera tácita, que el Sahara Occidental debía quedar bajo soberanía marroquí. Antes de viajar a Marruecos para sellar la nueva etapa de relaciones, todos los partidos de la cámara, salvo los diputados socialistas, votaron en contra de este giro.

 

MAROCGATE

El diario belga Le Soir publicó, el 13 de diciembre, que la policía belga llevaba un tiempo investigando una presunta trama de corrupción en el seno del Parlamento Europeo que tenía a Marruecos y Qatar como protagonistas. Por lo que se va sabiendo, Marruecos pudo crear una trama para comprar voluntades con el objetivo de, según han contado varios eurodiputados, garantizar sus intereses en las cuestiones que tocaban al Sahara Occidental y a las relaciones comerciales con la UE.

Se espera que este verano el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se pronuncie, de manera definitiva, sobre los acuerdos de pesca firmados entre Marruecos y la Unión Europea que incluían las aguas del Sahara Occidental y que ya fueron anulados, en 2021, por el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) tras una denuncia del Frente Polisario.

Sin el rey Mohamed VI

  La preparación de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre Marruecos y España ha sido motivo de orgullo para buena parte de la diplomacia española durante las últimas semanas, siempre con el miedo a que Marruecos decidiera cancelarla, por cualquier razón, en el último momento. Este miedo quedó patente en la votación de la resolución que, el 19 de enero, condenaba, en el Parlamento Europeo, la violación de los Derechos Humanos por parte de Marruecos. La resolución se aprobó con con 356 votos a favor, 42 abstenciones y 32 votos en contra, de los cuales, 17 provenían de socialistas españoles. “Desde la responsabilidad y en pro de unas relaciones bilaterales francas basadas en el diálogo y el entendimiento, hemos votado en contra de esta resolución”, argumentaban desde el PSOE. Nada, ni siquiera la vulneración de los Derechos Humanos, era tan importante como la celebración de esta reunión que han definido como “histórica”.

   El presidente, Pedro Sánchez, encabezaba un grupo compuesto por once ministros y varios empresarios españoles. Ninguno de los ministros formaba parte de Unidas Podemos, socio de Gobierno, que ya habían declarado que “no se dan las condiciones” para su asistencia, reconociendo que el giro de la parte socialista del Gobierno en la posición tradicional sobre el Sahara Occidental era la causa principal de esta ausencia.

   El Delegado del Frente Polisario para España, Abdullah Arabi, avisó a este respecto de que “de esta cumbre podrían salir acuerdos que, de manera implícita, supongan para el Gobierno español el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, si se negociara sobre los espacios aéreos y marítimos saharauis o sobre la apertura de una sede del Instituto Cervantes en El Aaiún".

   “Acabo de conversar con S.M. Mohamed VI antes de la Reunión de Alto Nivel. Coincidimos en que este encuentro será un éxito para nuestros países. España y Marruecos consolidan la nueva etapa de sus relaciones bilaterales”. Con este twit de Pedro Sánchez, antes de despegar, se hizo pública la noticia de que el rey de Marruecos, Mohamed VI, no recibiría al presidente del Gobierno tras la Reunión de Alto Nivel, como sí ha hecho en todas las ocasiones anteriores. Lo que sí que es cierto es que no es la primera vez que el rey marroquí planta a otras personalidades políticas, como hizo con Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Dimitri Medveded (Rusia), Mike Pompeo (USA) o los propios reyes de España.

  La conversación telefónica entre el presidente y el rey marroquí se ha desarrollado durante 30 minutos, y Mohamed VI ha invitado a Pedro Sánchez a que haga “en breve” una visita oficial a Marruecos “para reforzar esta dinámica positiva, en la excelente asociación estratégica bilateral”. Será, entonces, durante esa visita, señala el comunicado marroquí, cuando se “refuercen intensamente las relaciones bilaterales, mediante acciones concretas marcadas por la eficacia y los proyectos tangibles en los campos estratégicos de interés común”.

Acuerdos económicos

  La primera cita en Rabat consistió en un foro empresarial que el Gobierno español calificó de “histórico”, con más de 80 directivos de las 674 empresas y filiales españolas instaladas en el país. Hace años que España es el primer suministrador extranjero de Marruecos y el país magrebí es el tercer cliente de las exportaciones españolas fuera de la UE, con más de 10.000 millones de euros en 2022. Pedro Sánchez, anunció, en el foro, una línea de crédito del Gobierno de 800 millones para financiar, durante los próximos cinco años, inversiones de empresas españolas en sectores como las energías renovables, desaladoras, infraestructuras e innovación. Fuentes gubernamentales destacan que se espera llegar a los 20.000 millones de euros en intercambios comerciales de importaciones y exportaciones.

   En este foro en el que Pedro Sánchez calificó a los empresarios españoles afincados en Marruecos como “embajadores de una España dinámica y abierta a la innovación”, el primer ministro marroquí, Aziz Akhanouch, reiteró que las relaciones entre España y Marruecos gozaban de buen salud gracias al apoyo que Pedro Sánchez brindó al Plan de Autonomía marroquí para el Sahara Occidental. “Las relaciones han entrado en una nueva fase gracias al apoyo al plan de autonomía al Sáhara. Nos parece una visión histórica y realista que valoramos”, dijo entre aplausos del púbico. Preguntado por esto, Albares aseguró que "Hemos aprendido juntos que a través de la historia, siempre somos más fuertes si estamos juntos”.

   No ha habido avances en la apertura de aduanas entre Marruecos y las ciudades de Ceuta y Melilla. Pese a que se anunciaron varias fechas, lo cierto es que aún no han abierto y no han querido establecer el calendario de apertura “por razones de seguridad”. España considera importante esta apertura porque implicaría, dicen, el reconocimiento marroquí de que Ceuta y Melilla son de soberanía española. De hecho, hay fuentes que acusan a Marruecos de ralentizar, premeditadamente, su puesta en funcionamiento.

Control migratorio

  Históricamente, la externalización de fronteras por parte de la UE a terceros países, como Marruecos, ha permitido que estos tengan una llave maestra a la hora de ejercer presión sobre los países fronterizos. De hecho, Marruecos empezó a permitir la devolución de los migrantes desde Canarias a El Aaiún, una manera de que se reconozca, tácitamente, su soberanía sobre el territorio.

   Fuentes del Gobierno destacan la implicación marroquí en el control migratorio y en la seguridad de las fronteras. Las buenas noticias relativas a la inmigración que pretende vender el Gobierno de España se traduce en una mayor violencia policial contra la población migrante. “El mayor control migratorio por parte de Marruecos, ligado a las buenas relaciones con España y el aumento de fondos por parte de la UE, suele tener un precio, a menudo casi imperceptible en este lado de la frontera, en el respeto a los derechos humanos de quienes tratan de alcanzar Europa desde las costas marroquíes”.

   Imagen de la valla de Melilla EFE / MIGUEL OSÉS

Sahara Occidental

   La toma de parte a favor de Marruecos, fuerza ocupante del Sahara Occidental, por parte de la cúpula socialista ha incomodado dentro del partido, que siempre ha defendido la autodeterminación del pueblo saharaui. Pese a la insistencia del primer ministro marroquí en alabar la aceptación de su Plan de Autonomía como la base para resolver el conflicto, Sánchez no ha hecho mención al mismo y, únicamente, se han remitido a la declaración conjunta firmada el 7 abril de 2022. Además, el presidente reiteró que "Hemos asumido un compromiso de respeto mutuo por el que en nuestro discurso y práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente a lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”. El miedo a fallar llegó al punto de que no se permitió a los periodistas formular preguntas, ni en público ni en privado. El discurso se midió al milímetro desde el inicio al final del encuentro: los asesores de Sánchez respondían con la economía cada vez que se les preguntaba por las hipotéticas cesiones a Rabat.

   La insistencia de Akhanouch fue más allá, llegando a hablar de la necesidad de “redoblar los esfuerzos conjuntamente para hacer frente a los peligros que amenazan la seguridad de la región, relacionados con la inmigración ilegal, la trata de seres humanos, las drogas, el terrorismo, los grupos separatistas y las milicias armadas”. No mencionó al Frente Polisario, pero las expresiones “grupo separatista” y “milicias armadas” son las que suelen utilizar para referirse al movimiento saharaui.

   El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, declara que "haciendo Pedro Sánchez más caso a Marruecos que nadie, con el cambio en la postura sobre el Sáhara, es al que menos caso le han hecho en Rabat.”

  "La parte socialista del Gobierno ha preferido continuar supeditando el Derecho Internacional, el derecho a la Autodeterminación del pueblo saharaui a los intereses geoestratégicos y económicos”, señala el Frente Polisario. Abdullah Arabi ha reconocido que el Frente Polisario considera que "es bueno que haya un entendimiento y una política de buena vecindad entre Marruecos y España", pero siempre que "no se haga en detrimento de las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui, que lamentablemente es lo que está sucediendo”.

Resultados

   El resultado de la reunión ha sido un acuerdo de 74 puntos que tiene más lenguaje diplomático que planes de trabajo explícitos. El Gobierno español enfatiza el número de acuerdos firmados: “son cuatro veces más que los firmados hace ocho años, y nunca España había participado con un número de ministros tan alto”: 25 ministros, 11 del lado español y 14 del marroquí; han rubricado 19 acuerdos (declaraciones sin fuerza legal), que afectan sectores de migraciones y cooperación; agua, agricultura y medio ambiente; transportes e infraestructuras, educación y cultura, y turismo.

   Además, el anuncio de un plan de 45.000 millones de euros de inversiones por parte Marruecos para “modernizar el país” es considerado como una oportunidad inmejorable para adentrarse en áreas estratégicas como las energías renovables o las infraestructuras de puertos y aeropuertos. “Consolidamos hoy, con esta Reunión de Alto Nivel, la nueva etapa que hemos abierto en las relaciones entre España y Marruecos. Lo hacemos con un gran sentido de la responsabilidad y conciencia histórica y, sobre todo, con la convicción profunda del enorme potencial que queda aún por explorar en esta relación, que va mucho más allá de la simple vecindad. Debemos hacerlo en beneficio de nuestros pueblos. Y solo lo haremos bien si lo hacemos juntos.”

  De esta manera, Sánchez quiere mediar en los problemas que pueda tener la Unión Europea con Marruecos, y así se ofrece: “En ese contexto, la presidencia española de la UE ofrece este año una oportunidad para dar aquí también un salto cualitativo. Nos ofrecemos para poder colaborar en lo que podamos”. También Marruecos ha hecho mención a "la importancia que concede a la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea" en el segundo semestre de este año, para "la profundización de las relaciones privilegiadas" del país con la UE.

   Rabat quiere que Madrid le abra las puertas de Europa, y apuesta por "preservar y consolidar las privilegiadas relaciones" con la Unión Europea, para el fortalecimiento de su posición económica y política en el arco mediterráneo. Y España quiere aprovechar el Tratado de Libre Comercio firmado por Marruecos y otros países del continente en 2018 para tener entrada en el mercado africano.

"Un pacto entre vecinos para no molestarse demasiado y poder hacer buenos negocios".